Imagine que usted es el capitán de una nave especial que un día recibe una llamada de auxilio de una nave amiga que está varada en espacio de una raza enemiga, y debe tomar la decisión de ir o no al rescate, arriesgándose a desatar un conflicto entre ambas especies, o hacer caso omiso a la solicitud de ayuda.

Ese es el dilema que planteó la segunda película de Star Trek, ‘La ira de Khan’, que llegó a los cines en 1982 con los personajes y actores de la serie original (1966), y con Ricardo Montalbán repitiendo el papel de Khan Noonien Singh, un superhumano convertido a villano, que había interpretado en un episodio de la segunda temporada en 1967. En esta película se habla por primera vez de la Kobayashi Maru, un entrenamiento que solamente el futuro capitán James T. Kirk había logrado superar.

La prueba es un ejercicio de simulación en el que los cadetes deben salvar una nave civil de la Federación Unida de Planetas, que le da el nombre a la prueba, que se encuentra varada en espacio neutral klingon. Si el cadete intenta el rescate de la nave, viola los tratados de paz con los Klingon, lo que podría tomarse como un acto de agresión y desatar una guerra. Y si respeta los límites para no ocasionar un conflicto, debe abandonar a la tripulación de la Kobayashi Maru a su suerte.

Khan, Star trek: La ira de Khan (1982)
Khan, interpretado por Ricardo Montalbán, en Star Trek: La ira de Khan (1982)

Es más un ejercicio de actitud que de aptitud que pone a prueba el liderazgo de los miembros de la federación y las implicaciones de ejercerlo. Al igual que en el dilema del tranvía, salvar la Kobayashi Maru implica enfrentarse al dilema ético de escoger entre la menos mala de las opciones disponibles, pero ésto también tiene sus bemoles porque la solución depende del arco moral de cada persona.

Si yo fuera cadete…

Por ejemplo, asumamos que tenemos el armamento suficiente para repeler a un ataque klingon. Si es así, podemos rescatar la Kobayashi Maru sabiendo que existe un alto porcentaje de hacerle frente a las consecuencias. Sin embargo, es muy difícil anticipar el poderío que tendrá cada bando a lo largo del tiempo. Además, los klingon son expertos guerreros movidos por su honor, encontrando grandeza en el combate, lo que podría convertirse en un problema a futuro para los humanos. Así que la opción menos mala, partiendo de las potenciales pérdidas de vidas, es abandonar a la Kobayashi Maru.

Pero cómo lo podemos ver, aún en una solución tan simple que puede ayudarnos en la prueba, no se está exento de un dilema ético: potencialmente estamos sacrificando vidas. En la película de 1982, la teniente Saavik, interpretada por Kirstie Alley, tomó una decisión diferente e intentó salvar a la tripulación de la Kobayashi Maru, resultando en la destrucción de su nave.

James T. Kirk

Ante la pregunta de por qué modificó la prueba, en la película de 1982, Kirk responde que no le gusta perder. En la versión de 2009, que marcó el reinicio de la franquicia de la mano de J.J. Abrams, responde que él no cree en los escenarios sin salida. En ambas nos da a entender que no se siente cómodo con la idea de que su liderazgo tenga que lidiar con dilemas éticos. 

En la versión de 1982, Kirk recibe una felicitación por su original forma de pensar, en la versión de 2009 es castigado. Pero, aunque en el fandom aún existen criterios encontrados, al estar las reglas de la prueba claramente definidas, Kirk hizo trampa. Aunque, al reprogramar la prueba, también creó las condiciones con las que pudo salvar a la Kobayashi Maru.

James T. Kirk, interpretado por Chris Pine, en Star Trek (2009)

La creación o búsqueda de más soluciones implica hacerse una pregunta: ¿Las condiciones son fijas o pueden cambiarse? Frente a dos opciones, ¿es posible encontrar una tercera?

No creer en escenarios sin salida, como lo hace Kirk, podría entenderse como nuestro estado ideal. Nunca darnos por vencidos, siempre buscar condiciones para salir victorioso. Pero crear los escenarios alternativos para triunfar no nos exime de enfrentar dilemas éticos, además de estar sujetos a los límites de nuestra capacidad y poderío. Ésto nos lleva a que no importa cuán creativos seamos, algunas veces hay que aceptar las condiciones dadas, y que la solución no será de nuestro total agrado.

Pero hay un detalle que Kirk expone en la película de 2009 que nos podría romper el esquema.

El propósito de la prueba

Partimos del hecho de que Kirk fue quien hizo la trampa porque reprogramó la prueba para rescatar la nave. En la versión de 2009, ante los cuestionamientos, él responde que la prueba es una trampa ya que fue diseñada para no poder superarse. Kirk tiene un punto válido a su favor, hizo trampa porque la prueba era una trampa.

Por nuestra naturaleza, pensamos que las decisiones son buenas o malas, como si viviéramos en un sistema totalmente binario. Pero frente a escenarios sin salida, no existen buenas o malas decisiones, solo decisiones con diferentes resultados o consecuencias

Y ésto nos lleva al verdadero sentido de la prueba. Aunque el Kirk de 2009 reclamó que la prueba era imposible de ganar, ese nunca fue el objetivo de la prueba. Como bien lo dice en la misma película el entonces comandante Spock, que había sido el programador de la prueba, el verdadero objetivo es cómo el cadete enfrenta el miedo a la muerte. La Kobayashi Maru no es una prueba técnica, es una prueba de carácter.

Spock

Al final de la película de 1982, el Enterprise, la nave al mando del capitán Kirk, está a punto de explotar luego de los ataques de Khan. Para ganar tiempo y darle una oportunidad a la tripulación de escapar, Spock ingresa a la sala de motores, donde había una fuga radioactiva, y sabiendo que los niveles de radiación son demasiado altos, aún para un vulcano, la contiene.

Muerte de Spock en Star Trek II
Muerte de Spock en Star Trek: La ira de Khan

Moribundo, Spock le dice a Kirk: “Nunca tomé la Kobayashi Marú hasta ahora. ¿Qué piensas de mi solución?”

Esto nos enseña algo valioso. Empujar los límites, aún en las situaciones más difíciles, no necesariamente nos conduce a un triunfo. Spock salvó a la tripulación del Enterprise, pero sacrificó su vida. Y a eso no podemos llamar “salir victorioso”, a pesar de que logró su objetivo.

A diferencia del heróico Kirk, Spock entendía que ostentar cualquier tipo de liderazgo implica ser responsable por las vidas de los demás.

Y nosotros…

Tener suficiente información es importante para tomar las mejores decisiones posibles, pero la realidad es que todos los días tomamos decisiones con información incompleta, y que además se enfrenta con nuestro arco moral, valores, cultura, sesgos, intereses, etc. Y, cuando creemos que tenemos todas las variables cubiertas, proyectar el resultado de nuestras decisiones es imposible. Nos guste o no, con mucha frecuencia debemos salvar nuestra Kobayashi Maru.

Bienvenidos a este ejercicio de simulación. 🖖