Cuando Chadwick Boseman murió en agosto de 2020 a consecuencia del cáncer de colon, Marvel Studios decidió no sustituir al actor, forzando a que Black Panther: Wakanda Forever, la trigésima entrega del Marvel Cinematic Universe (MCU), deba lidiar con la muerte de su protagonista y la continuidad del superhéroe. Y esto no deja de ser delicado por lo que Black Panther, y el mismo Boseman, llegaron a representar dentro de la comunidad afrodescendiente luego de la primera entrega en 2018.
A la fecha, Black Panther ha sido la única película de todo el MCU que ha recibido un premio de la Academia. De hecho, ganó tres: mejor diseño de vestuario, mejor banda sonora original, y mejor diseño de producción. El reto sentimental, creativo y técnico no deja de ser grande, aún para un gigante como Marvel.
Uno de los personajes que aparecerá por primera vez en el MCU en Black Panther: Wakanda Forever será Namor, el sub marinero, interpretado por el actor mexicano Tenoch Huerta. Namor, históricamente, ha sido un superhéroe muy complicado de adaptar a la gran pantalla, no solo por su personalidad, sino por la maraña legal detrás de sus derechos de propiedad intelectual.
Namor fue creado en 1939, mucho antes de la existencia de Marvel Comics, por Bill Everett, quien para entonces trabajaba en Timely Comics, propiedad de Martin Goodman. A inicio de los 60s, Goodman vendió los derechos de Namor a dos empleados suyos, Stan Lee y Jack Kirby, quienes eventualmente formarían Marvel.
Lee y Kirby compraron los derechos de Namor por $200,000, pero con una cláusula que establecía que el personaje sólo podía ser utilizado en historietas, y que si Marvel quería llevarlo a otros medios, como el cine o la televisión, antes debía ofrecerle los derechos a Universal Studios.
En 2000 hubo un acuerdo entre ambas partes para que se incluyera a Namor en una película de los 4 Fantásticos, así que Marvel cedió los derechos a Universal. El acuerdo se cayó, la película no se desarrolló, y Namor quedó en una especie de limbo legal en el que no se sabía quién era su dueño.
La situación se resolvió finalmente cuando Marvel y Universal acordaron un intercambio de superhéroes. Marvel se quedó los derechos para utilizar a Namor en cualquier medio, y Universal se quedó con los derechos de Hulk para la película The Incredible Hulk (2008).
Si la historia de Namor parece confusa, así fue como Marvel logró mantenerse a flote durante la segunda mitad de los 90s, cuando estuvo al borde de la quiebra.
El cine: salida en falso
El primer gran intento de Marvel por hacer algo propio fue Howard the Duck en 1986. Lo que originalmente iba a ser una película animada, se convirtió en un live action, resultando en un desastre artístico y financiero.
Decepcionado, Marvel encontró refugió en la TV y cerró los 80s con un par de éxitos, The Incredible Hulk Returns (1988) y The Trial Of The Incredible Hulk (1989), que le deban continuidad a la exitosa serie de los 70s The Incredible Hulk, protagonizada por Bill Bixby y Lou Ferrigno.
En los 90s Marvel intenta regresar de nuevo al cine con una película del Capitán América (1990), pero retrasos en la producción y cambios en el guión hicieron que saliera directo a vídeo en 1992. La crítica fue lapidaria.
Ese año también lanzaron Death of The Incredible Hulk (1990) que, en teoría, estaría acompañada de una cuarta película en la que Hulk era traído de la muerte. Pero la mala recepción del público y el cáncer que aquejaba a Bixby hicieron que la cuarta entrega nunca se llevara a cabo. Bixby murió en 1993.
De la burbuja a la quiebra
Pero los problemas para Marvel iban más allá de la calidad de sus producciones. Lo cierto era que el mercado de las historietas era una burbuja sostenida a base de engaños por las casas editoriales, que vendían una gran cantidad de volúmenes con la falsa promesa de que algún día serían objeto de colección.
Esta burbuja se reventó a inicios de 1993 con el enojo de los fanáticos, trayéndose las ventas al suelo. Esto, sumado a malas decisiones financieras y diferencias entre los principales inversionistas, hicieron que las acciones de Marvel pasaran de $35.75 a $2.37 tan solo tres años después. Para 1996 se había declarado en bancarrota.
Marvel logró subsistir gracias a que sus superhéroes más famosos eran utilizados por otros estudios, lo que le generaba regalías. Hulk estaba en manos de Universal. Los X-Men, una de sus franquicias más populares, habían sido cedidos a Fox junto con los 4 Fantásticos y Deadpool. Sony se había apropiado a perpetuidad de Spider-Man y Venom, con el compromiso de sacar una película del hombre arácnido máximo cada 5 años y 9 meses.
El problema era que, mientras otros estudios conseguían éxitos con sus superhéroes, Marvel solo tenía a mano un remanente de personajes de segunda categoría que [casi] nadie quería, literalmente. Iron Man, por ejemplo, había sido vendido a Universal en los 90s, quienes a su vez lo vendieron a Fox, quienes a su vez lo vendieron a New Line Cinema, que estuvo en conversaciones con Tom Cruise para protagonizarlo. Finalmente regresó a Marvel sin que nadie hiciera nada con él.
¿Y si lo hacemos nosotros?
Dado que Marvel sólo percibía una pequeña fracción de las ganancias por cada película con sus personajes, desde 2003 empezó a explorar la idea de hacer sus propias producciones, replicando la fórmula utilizada históricamente en las historietas, y que ya había explorado en las dos películas de Hulk a finales de los 80s: el traslape de personajes. El problema era que, aunque había salido de la bancarrota, no tenía el presupuesto suficiente para producir.
Fue así como en 2005 cerró un trato bastante riesgoso con Merrill Lynch por $525 millones. En caso de no cumplir, Marvel le cedería al banco la propiedad de 10 de sus figuras restantes, entre ellas Capitán América, Doctor Strange y Thor. El trato a 7 años obligaba a Marvel a hacer 10 películas con presupuestos entre los $45 y $180 millones. Fue con ese dinero que pudo comprar de vuelta los derechos de Iron Man.
Una vez cerrado el trato con Merrill Lynch, Marvel anunció que Iron Man sería su primera producción independiente. Y para protagonizarlo había escogido a un actor tan problemático como el superhéroe mismo: Robert Downey Jr.
La decisión de empezar el MCU con Iron Man tenía pros y contras. Por un lado, muchos escritores rechazaron el personaje por considerarlo demasiado oscuro. Pero por otro, los niños no tenían ningún interés en él. Incluso, pensaban que era un robot. Marvel tenía la oportunidad de vender una nueva historia para un personaje viejo, a una audiencia que no lo conocía.
La película se estrenó en 2008 con un presupuesto de $140 millones y críticas muy positivas. A nivel mundial recogió $585 millones, y fue la piedra angular del MCU. Casi 30 películas y 14 años después, sólo en taquilla a nivel mundial, el universo de Marvel ha recaudado más de $27.000 millones.
El éxito de Marvel llamó la atención de Disney, quien lo compró por $4,000 millones en 2009, prácticamente lo mismo que pagaría cuatro años después por Star Wars.
La historia de cómo Marvel salió de la bancarrota y apostó todo a un superhéroe clase B como Iron Man está ampliamente documentada, pero en ella sobresalen infinidad de lecciones que aplican a los negocios y a la vida misma. Y aquí quiero listar unas pocas:
01: El valor de lo esencial
Los grandes estudios apostaban por las grandes audiencias, haciendo a un lado a los fanáticos de las historietas. Comercialmente tenía sentido, buscaban maximizar el beneficio apuntando a la mayor cantidad de personas, pero Marvel quería tomar en cuenta a sus seguidores. Si las películas iban a fallar, sería por algo ellos hicieron mal, no porque otro estudio ignoró sus recomendaciones.
La esencia de Marvel está en las historias que puede construir con sus personajes. Eso fue lo que los hizo grandes en primera instancia y apostó a ella para hacer Iron Man.
02: Olvidarse de la red de seguridad
Marvel inició con Iron Man en 2008, pero realmente tenía dos películas en desarrollo, ya que trabajaban en conjunto con Universal en The Incredible Hulk. Con el hombre verde tenían a un superhéroe del calibre de Spider-Man, históricamente su mejor figura, que servía como red de seguridad. Sin embargo, si el proyecto habría de funcionar, tenían que hacerlo con el hombre de hierro. Marvel tenía toda la atención e intención puesta en Iron Man.
Ambas películas debutaron el mismo año. Iron Man en abril, The Incredible Hulk en junio. En Rotten Tomatoes la primera tiene un 94% de aprobación de los críticos y hoy marca el inicio del MCU, la segunda un 67% y fue incluida a la fuerza dentro del canon. Marvel ignoró que había una red, y sin ella sabía que no podía darse el lujo de fallar.
03: Riesgos calculados
Robert Downey Jr es hoy uno de los actores más queridos de Hollywood. Antes de Iron Man, era un muy buen actor con una larga lista de problemas de adicciones, con el que pocos querían trabajar. Marvel lo fichó para esa película por solo $2.5 millones. (Curiosamente, el primer actor contratado fue Terrence Howard, «Rhodey» Rodes, quien abogó para que incluyeran a Downey Jr).
Tony Stark (Iron Man) no podía ser representado por un joven, porque en las historietas no lo era. Además ocupaban que fuera interesante y entretenido. Marvel encontró en Downey Jr. al actor perfecto para interpretarlo.
Empezaron con un superhéroe oscuro para el que casi nadie quería escribir guiones pero con el que tenía libertad para hacer algo nuevo. Para representarlo ficharon a un buen actor necesitado de redención. Y empeñaron su propiedad intelectual a cambio del dinero para producir, sabiendo que podían rentabilizar de distintas fuentes, como juguetes y licencias. Tomaron riesgos, pero ninguno fue un salto al vacío.
04: Objetivos claros, pero flexibles
En el Comic-Con de 2006 un fanático lanzó una inusual pregunta al panel de Marvel: ¿Los Avengers son posibles?
En palabras de Kevin Feige, hoy presidente de Marvel Studios, a Vanity Fair: «los Avengers, en ese entonces, no eran más que un sueño». Hoy no imaginamos el mundo de los superhéroes sin los Avengers. ¿Entonces, cuál era el objetivo original de Marvel?
Respuesta: simplemente querían hacer buenas películas en las que pudieran cruzar personajes en el futuro.
El concepto no era nuevo, la polinización cruzada ya la habían aplicado por décadas en sus historietas, y la exploraron en las películas de Hulk en los 80s sumando a Thor y Daredevil. Pero luego del éxito de Iron Man, conscientes de que podían triunfar en grande, empezaron a darle forma a lo que se conocería luego como la «Saga del Infinito». Una gran historia compuesta por múltiples películas individuales.
Marvel construyó cada película en función de un objetivo mayor. Pensó como franquicia, no como estudio de cine.
05: Algo nuevo de lo viejo
Creo que esta es la lección más importante. Si lo vemos con cuidado, Marvel tomó ingredientes ya conocidos, ajustó la fórmula, y perfeccionó una categoría. Hizo algo nuevo a partir de algo viejo. El concepto de los universos extendidos no es nuevo, pero Marvel lo desarrolló de manera magistral.
Su rival, DC, aún no logra consolidar su universo extendido (DCEU) a pesar de tener a los mejores superhéroes (Batman, Superman, etc). Universal falló y canceló su Dark Universe desde la primera película, la Momia (2017), protagonizada por Tom Cruise. Legendary y Warner Brothers avanzan con su Monsterverse con películas que no forman parte de una trama mayor.
Marvel creó un universo a partir de películas. Los demás trataron de unir las películas para formar un universo. Marvel definió una categoría, los demás están tratando de ser los mejores en la industria donde ya eran grandes.
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